Montevideo, 16 de agosto de 2025 – La emergencia sanitaria global, que mantuvo al mundo en vilo durante años, dejó cicatrices que van más allá de la salud física. En Uruguay, un reciente estudio internacional ha arrojado luz sobre el profundo impacto en la salud mental de sus adolescentes, revelando una notable disminución en su bienestar y un incremento en diversas sintomatologías psicopatológicas.
Una Mirada Profunda a la Juventud Uruguaya.
La investigación se enmarca en el estudio internacional COH-FIT y fue llevada a cabo a nivel local por la Universidad Católica del Uruguay (UCU). Para este análisis, se encuestó a 282 adolescentes uruguayos de entre 14 y 17 años en cuatro departamentos del país, recopilando sus respuestas entre mayo de 2020 y setiembre de 2021. El objetivo principal fue comparar el estado de bienestar y la presencia de síntomas de salud mental antes y durante la pandemia, además de analizar las diferencias por género y si existía un diagnóstico psicopatológico previo.
Resultados Alarmantes: La Salud Mental en Deterioro.
Los hallazgos son claros y preocupantes. El artículo, publicado este año, indica un «aumento en la sintomatología (ansiosa, depresiva, postraumática, problemas de sueño, incidencia de autolesiones, ideación suicida e intentos de autoeliminación) y una disminución en el bienestar para los adolescentes» uruguayos, al contrastar el periodo pre-pandemia con el que se vivió bajo la emergencia sanitaria.
La Dra. Cecilia Cracco, psicóloga de la UCU y coautora del artículo, explicó a El País que la investigación se enfocó en los adolescentes para comprender el impacto específico de la pandemia en su salud mental.
Las Mujeres, un Grupo Especialmente Vulnerable.
El estudio evidenció una clara disparidad de género. Las adolescentes mujeres reportaron «peores niveles de bienestar, mayores niveles de psicopatología y mayor empeoramiento en casi todos los indicadores», siendo particularmente afectadas por la ansiedad y la depresión. Aunque el estrés postraumático y los problemas de sueño fueron similares en ambos géneros, las mujeres también informaron más autolesiones e ideación suicida que los varones.
Para los jóvenes que ya contaban con un diagnóstico psicopatológico previo, la situación fue aún más grave, con «niveles significativamente más altos en la sintomatología evaluada, y más bajos de bienestar», tanto antes como durante la pandemia.
Cifras que Demandan Atención Urgente.
Un aspecto crucial de la investigación fue la medición de la frecuencia de conductas autolesivas e ideación suicida en las dos semanas previas a la encuesta. Los resultados son un llamado de atención para la sociedad:
• Un 38,6% declaró haber pensado al menos una vez en quitarse la vida.
• Un 6,7% tuvo al menos un intento de autoeliminación.
Al comparar los resultados uruguayos con muestras de Europa, Asia, América del Norte, América del Sur y África, se encontró que a nivel local hubo «mayores niveles de empeoramiento» en el bienestar y la sintomatología. Las posibles razones para los peores resultados en mujeres podrían incluir una mayor reactividad a estímulos emocionales, menor autoestima, rumiación frecuente, mayores exigencias académicas y de imagen corporal, y restricciones en su rol de género, factores conocidos de riesgo para trastornos mentales. Además, las encuestas en línea durante la pandemia solían evaluar sintomatología de tipo internalizante, más prevalente en el género femenino.
A pesar de esta salvedad, la investigación subraya la necesidad crítica de implementar estrategias de apoyo a la salud mental dirigidas a los adolescentes, para mitigar los efectos a largo plazo de la pandemia y asegurar su bienestar integral.
Fortaleza en la Fe: Un Mensaje de Esperanza para Nuestros Jóvenes
No están solos: La esperanza en medio de la tormenta.
La pandemia ha dejado huellas profundas en la salud mental de nuestros jóvenes, como lo muestra el reciente estudio de la UCU. Los desafíos que enfrentan son reales y nos llaman a actuar. Pero, más allá de los números y las estadísticas, queremos recordarles una verdad fundamental: no están solos.
La Biblia nos dice en Salmos 34:18: «El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; salva a los de espíritu abatido».
En estos tiempos de incertidumbre, es crucial aferrarnos a la esperanza que se encuentra en la fe.
Para quienes sienten ansiedad y angustia: Dios nos llama a depositar nuestras cargas en Él. En Filipenses 4:6-7 se nos dice: «No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús».
Para quienes luchan en silencio: Su dolor es visto y escuchado. No hay oscuridad que no pueda ser alcanzada por la luz de Dios. Él promete ser un refugio y una fortaleza, una ayuda siempre presente en momentos de dificultad (Salmos 46:1).
Para quienes sienten que no pueden más: Hay esperanza. La vida es un regalo de Dios y cada uno es valioso a Sus ojos. No desistan. Busquen ayuda en su comunidad de fe, en sus familias, o en profesionales. Confíen en que hay un propósito para cada uno de ustedes, incluso en los momentos más difíciles.
Este es un llamado a la acción para todos: seamos un apoyo incondicional, un hombro amigo, y un faro de luz para los jóvenes de nuestro país. Oremos por ellos, hablemos con ellos y caminemos a su lado.
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