«Desbloqueando la Bendición: Por Qué no Recibimos lo que Pedimos y Cómo Cambiarlo»
Desbloqueando la Bendición: Por Qué no Recibimos lo que Pedimos y Cómo Cambiarlo.
La oración es el motor de la vida cristiana, un puente directo hacia el corazón de Dios. Sin embargo, muchos creyentes se encuentran en un punto de frustración, preguntándose: «¿Por qué la gente no recibe lo que pide?». El Apóstol Key Lewis, en una poderosa enseñanza, desglosa las barreras comunes que impiden que nuestras peticiones lleguen al cielo y nos ofrece principios claros para transformar nuestra vida de oración y desatar las bendiciones divinas.
La Trampa de Nuestros Deseos: Confundiendo Caprichos con Necesidades.
Una de las principales razones por las que nuestras oraciones no son respondidas radica en la calidad y la intención de lo que pedimos. A menudo, nuestra perspectiva choca con la de Dios. Creemos que algo es bueno o necesario, cuando en realidad, desde la óptica divina, puede ser perjudicial o simplemente un capricho. El Apóstol lo ilustra con un ejemplo contundente: así como Eva vio el árbol prohibido como «bueno» a pesar de la advertencia de Dios, nosotros podemos caer en la trampa de considerar «necesidades» lo que son solo deseos carnales o antojos.
El mundo, astutamente, «crea y fabrica» una multitud de cosas para hacernos creer que las necesitamos. Esto nos lleva a perseguir metas que, una vez alcanzadas, nos dejan vacíos o incluso nos perjudican. El Apóstol comparte su experiencia con piscinas y jacuzzis: anheló tenerlos, trabajó por ellos, pero una vez conseguidos, los usó muy pocas veces. Estas cosas, que el mundo nos presenta como símbolos de éxito o bienestar, demuestran ser un «afán» que nos distrae de lo que realmente importa, incluso de nuestra vida espiritual y comunión con Dios. Trabajar arduamente para «dar lo mejor» a la familia, solo para luego no disfrutar ni a la familia ni lo conseguido, es un reflejo de esta búsqueda equivocada.
Además, la envidia juega un papel destructivo. Desear lo que otros tienen, criticarlos por ello y hasta intentar «quitárselo al que pagó el precio», bloquea el camino para que Dios nos bendiga con lo nuestro.
El Voto Divino: La Voluntad de Dios por Encima de Todo.
La revelación central de esta enseñanza es que hay algo por encima de toda oración: la Voluntad de Dios. Muchas personas le temen a la voluntad de Dios, creyendo que es «diferente a lo que tú quieres». Sin embargo, la Biblia nos asegura que Su voluntad es «buena, agradable y perfecta».
La carne busca placer, pero el espíritu busca propósito. Cuando conectamos nuestra oración con el propósito divino, dejamos de luchar contra Su plan y abrimos la puerta al rompimiento. Jesús mismo, en Getsemaní, nos dio el ejemplo supremo: aunque su carne no quería ir a la cruz, se rindió diciendo: «Padre, no se haga lo que yo quiero, hágase lo que tú quieres». Es en esta rendición y alineación donde encontramos paz, libertad y un enriquecimiento espiritual que va más allá de lo material. Amar la voluntad de Dios nos impulsa a amar sin pedir nada a cambio, a perdonar y a servir, transformando nuestro entorno.
Principios para una Oración que Desbloquea el Cielo:
1. Pedir a Dios y con Persistencia: Aunque parezca obvio, muchos no piden. Y los que piden, se rinden demasiado pronto. El Apóstol insta a ser como la viuda importuna (Lucas 18) o como Jacob, que no soltó hasta recibir su bendición. Debemos buscar hasta encontrar, porque la oración nos enseña dependencia y confianza en Dios.
2. Discernimiento Espiritual: Necesitamos ver con los ojos de Dios. El discernimiento nos permite ir más allá de las apariencias y evaluar lo que es verdaderamente bueno para nosotros.
3. Humildad Genuina: Acercarse a Dios con humildad, reconociendo nuestra necesidad, es fundamental. No debemos pedir juicios para otros, pues seremos medidos con la misma vara.
4. Pedir Sabiduría y Entendimiento: El ejemplo de Salomón es paradigmático. Cuando Dios le ofreció lo que quisiera, Salomón no pidió riquezas, larga vida o la muerte de sus enemigos, sino un «corazón comprensivo» para gobernar con justicia y saber la diferencia entre el bien y el mal (discernimiento). A Dios le agradó tanto esta petición que no solo le dio la sabiduría que pidió, sino que le añadió riquezas y fama que no había solicitado. Esto es la manifestación de Mateo 6:33: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».
5. La Oración como Adoración: La oración no es solo una lista de peticiones; es también un acto de adoración que sube como incienso agradable ante Dios. Al orar, declaramos nuestra dependencia, fe y servicio a Él.
6. En el Nombre de Jesús: Gracias al sacrificio de Jesucristo, todas nuestras peticiones están ahora autorizadas y sometidas a Su nombre poderoso. Ya no necesitamos esperar una aparición o un sueño; podemos «entrar con confianza al trono de la gracia».
7. Fervor y Propósito de Gloria: La oración debe ser ferviente, como la de Elías. Además, los milagros que pedimos deben tener un propósito: glorificar a Dios y traer conversión, no solo aliviar una situación temporal.
Un Tiempo de Rompimiento y Nueva Visión.
El Apóstol Key Lewis proclama que este es el «tiempo de los hijos», un tiempo para buscar a Dios con propósito. Incluso comparte una poderosa visión para el ministerio «Casa de mi Padre en la capital», con una gran celebración y más de 400 personas llegando a la inauguración. Esta visión se ancla en la creencia de que Dios responderá porque Su voluntad está siendo buscada.
En este tiempo, somos llamados a ser «fabricadores de almas» y no «recicladores», a orar por milagros que den testimonio del poder de Dios, desde sanidades de fibromialgia, anemia, opresión familiar, hasta milagros financieros.
La «evaluación» de nuestras oraciones por parte de Dios es real; Él considera nuestras intenciones y nuestras obras. Es hora de conectar nuestra vida de oración con Su voluntad, de amar lo que Él ama y de buscar Su propósito por encima de todo placer. Cuando lo hacemos, la puerta del cielo se abre, la gloria se manifiesta y los milagros se anticipan. ¡El rompimiento está a tu alcance!
