Curas Influencers: La Evangelización en la Era Digital y la Lucha contra la Soledad
En un mundo cada vez más conectado digitalmente, surge un nuevo fenómeno en la evangelización: los «curas influencers». Estos sacerdotes han encontrado en las redes sociales un «nuevo espacio de misión» y la «última catedral», llevando el mensaje del Evangelio a millones de personas. Infobae entrevistó a dos de los más conocidos: el Padre Cosimo Schena y el Padre Alberto Ravagnani, quienes compartieron sus visiones sobre la fe, la tecnología y el desafío de la soledad en el siglo XXI.
El Padre Cosimo Schena: Un Filósofo y Psicólogo al Servicio de la Fe
El Padre Cosimo Schena, conocido como Don Cosimo, es un sacerdote italiano de 46 años, originario de Brindisi, Puglia. Se define en sus redes sociales como «cura, filósofo, psicólogo clínico y dinámico». Con más de un millón de seguidores en TikTok, Facebook y YouTube, y 40 millones de visualizaciones, sus cifras no paran de crecer desde 2021. Comenzó compartiendo frases inspiradoras y poesías, antes de mostrar su rostro.
Para Don Cosimo, la evangelización también puede realizarse a través de lo digital. Participó en el Jubileo de los influencers católicos, donde el Papa León pidió a los misioneros digitales ser «verdaderos, creíbles, y llevar realmente el Evangelio y no a nosotros mismos». Subraya que el lenguaje a usar es el de un «testimonio creíble, verdadero», simple y directo, que hable de la vida cotidiana de las personas.
Sus seguidores son de todas las edades, muchos jóvenes que le piden oraciones, consejos y ayuda, aprovechando también su faceta de psicólogo y psicoterapeuta. Llega a recibir hasta mil mensajes al día. Lo que más le impacta de estos mensajes es la profunda soledad que expresan las personas: «La enfermedad de este siglo es la soledad». Relata que muchos le escriben mensajes larguísimos sin esperar respuesta, solo para ser escuchados. «Ya no nos escuchamos», lamenta el padre, señalando que esta «sociedad de la imagen» nos ha vuelto demasiado individualistas. También reconoce que los sacerdotes, siendo humanos, pueden sufrir la soledad.
El Padre Cosimo advierte que la imagen puede ser un arma de doble filo si el mensaje se pierde, pero que la belleza no resta credibilidad si se mantiene el enfoque en el contenido. Frente a los «haters», prefiere responder en privado, descubriendo que detrás del odio a menudo hay sufrimiento y baja autoestima. Sorprendentemente, muchos de sus seguidores no creen en Dios, pero les gusta lo que dice porque es, en esencia, el Evangelio. Esto le confirma que «el amor de Dios es un lenguaje universal». Un claro ejemplo del impacto de esta evangelización digital se vio en Francia, donde hubo una «explosión de cristianismo» con numerosos bautismos de adultos, atribuidos a los testimonios de influencers católicos en redes.
El Padre Alberto Ravagnani: Una Voz Crítica y Defensor de la Iglesia Digital
Con 31 años, el milanés Padre Alberto Ravagnani, más conocido como Don Alberto Rava, se define en Instagram como «cura, youtuber y mucho más». Con más de 500 mil seguidores, es una de las voces más escuchadas y críticas de la Iglesia católica contemporánea en Italia. Es un firme defensor de las redes sociales como medio para que la Iglesia cambie, salga de su territorio y se expanda.
Para Don Alberto, la Iglesia católica debe tener presencia en las redes para «no quedar afuera del mundo» y cumplir su objetivo de llegar a la gente para anunciar el Evangelio. Coincide con el Padre Cosimo en que la soledad es un gran problema de estos tiempos: «Las personas no saben dónde buscar amigos. Ha cambiado la forma de relacionarse, actualmente los lazos entre las personas son inestables, las relaciones son efímeras». Para él, la soledad es la «imposibilidad de crear vínculos significativos».
El Padre Alberto cree que la Iglesia puede transformarse de una comunidad tradicional a una «verdadera comunidad digital». Sin embargo, no oculta su preocupación por la escasa participación juvenil en el Jubileo 2025, señalando una disminución significativa en comparación con el Jubileo del 2000. Insta a la Iglesia a preguntarse qué ha sucedido y cómo pueden ayudar a los jóvenes a sentirse parte de ella.
Advierte sobre una brecha generacional profunda: «Hay un abismo entre generaciones: el Papa Francisco nació en un mundo sin televisión, mientras que hoy los chicos pasan horas en TikTok. Son mundos que no se hablan». Incluso las celebraciones litúrgicas contribuyen a esta distancia, ya que «las misas muchas veces están animadas de forma anticuada, no le hablan a los jóvenes». Sin embargo, esta distancia no es una condena, sino un «recurso, un estímulo para renovarse y crear un espacio en el que las nuevas generaciones puedan reconocerse».
Las Redes Sociales: La Nueva Catedral del Siglo XXI
Ambos sacerdotes coinciden en que hoy «el nuevo espacio de misión son las redes sociales». No por moda, sino porque «es ahí donde está la gente». Si la Iglesia logra llevar el Evangelio a este territorio con inteligencia, sensibilidad y autenticidad, las redes dejarán de ser solo una herramienta para convertirse en «la nueva catedral del siglo XXI». Un templo sin muros, donde la fe puede reencontrarse con quienes la habían perdido o nunca la habían buscado. Este es el desafío y la gran oportunidad para la Iglesia en la era digital.
Fuente: INFOBAE
