Cuidando a Nuestros Jóvenes: Un Llamado a la Fe y la Acción ante el Consumo de Sustancias en Uruguay
En Uruguay, la preocupación por el bienestar de nuestros adolescentes cobra una nueva dimensión a la luz de los recientes datos de la X Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media. Esta profunda investigación, realizada por el Observatorio Uruguayo de Droga (dependiente de la Junta Nacional de Drogas – JND), nos presenta una realidad que interpela a toda la sociedad, incluyendo a las comunidades de fe.
La Realidad que Nos Desafía.
Los resultados de la encuesta son contundentes y nos llaman a la reflexión. Se reveló que la edad media de inicio en el consumo de alcohol es de 13 años. Un alarmante 82% de los estudiantes ha consumido alcohol alguna vez en su vida. Pero la problemática no se detiene allí: las drogas legales, como el alcohol y las bebidas energizantes, son señaladas como la mayor preocupación actual. De hecho, el 82% de los alumnos ha consumido bebidas energizantes alguna vez, y esta sustancia se ha convertido en la más utilizada por menores de 15 años, mostrando un aumento significativo desde 2021.
El Secretario General de la JND, Gabriel Rossi, ha enfatizado que el adolescente debe ser reconocido como sujeto de derecho y que cualquier consumo de sustancias en esta etapa vital incide negativamente en su desarrollo integral. Esta es una verdad que resuena profundamente con nuestra fe.
Una Perspectiva Cristiana: El Valor de la Vida y la Comunidad.
Desde una perspectiva cristiana, cada joven es una creación preciosa de Dios, dotada de un propósito y un potencial únicos. Nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, y estamos llamados a cuidarlos con reverencia y gratitud (esto es una enseñanza bíblica, no extraída directamente de las fuentes). Ver a nuestros niños y adolescentes en riesgo de un inicio tan temprano en el consumo de sustancias es un dolor que nos debe movilizar.
La Biblia nos llama a proteger a los vulnerables, a educar a nuestros hijos en el camino correcto y a vivir en comunidad, cargando los unos las cargas de los otros. El presidente de la ANEP, Pablo Caggiani, ha destacado la necesidad de trabajar para retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol y ha señalado que el sistema educativo debe proteger a los jóvenes. Esta labor de protección y guía es una responsabilidad compartida, y como creyentes, tenemos un papel crucial.
Gabriel Rossi acertadamente afirmó que esta compleja realidad se cambia con una política pública sostenida no solo del Gobierno, sino de toda la sociedad. Aquí es donde la comunidad de fe puede y debe levantar su voz y sus manos. Somos parte de esa «toda la sociedad» llamada a la acción.
Respuesta y Esperanza: La Fe en Acción.
El gobierno uruguayo, a través de la JND, está trabajando en un Sistema Nacional de Prevención y ha anunciado que, antes de fin de año, se lanzará una campaña de prevención para adolescentes sobre alcohol, cannabis y bebidas energizantes. Estas son iniciativas valiosas que buscan crear conciencia y ofrecer herramientas.
Como cristianos, podemos complementar estos esfuerzos de varias maneras:
1. Oración Constante: Elevemos nuestras oraciones por los jóvenes de Uruguay, por sus familias, por los educadores y por las autoridades, pidiendo sabiduría y fortaleza para enfrentar este desafío.
2. Educación y Diálogo Abierto: Fomentemos un ambiente en nuestros hogares y congregaciones donde se pueda hablar abiertamente sobre los riesgos del consumo de sustancias, sin juicios, sino con amor y verdad. Proveamos información basada en la fe y en el conocimiento.
3. Modelado y Ejemplaridad: Como adultos y líderes espirituales, seamos modelos de un estilo de vida que honra a Dios y a nuestros cuerpos, tomando decisiones sobrias y responsables.
4. Creación de Espacios Seguros: Nuestras iglesias pueden ser refugios seguros para los adolescentes, ofreciendo actividades sanas, mentoría y compañerismo que les ayuden a desarrollar su identidad y propósito sin recurrir a sustancias nocivas.
5. Apoyo a Programas de Prevención: Colaboremos con iniciativas gubernamentales y de otras organizaciones que busquen prevenir el consumo temprano, aportando nuestro tiempo, talentos y recursos.
Un Futuro de Esperanza.
La problemática del consumo de sustancias en la adolescencia es compleja, pero no insoluble. Con la guía de la fe, el compromiso de nuestras comunidades y el esfuerzo conjunto con las autoridades, podemos trabajar para que nuestros jóvenes uruguayos crezcan en plenitud, libres de ataduras y con un futuro brillante por delante. Es un llamado a la acción, un llamado a la compasión, y un llamado a vivir nuestra fe de manera tangible en favor de las generaciones venideras.
